¿Qué es la huella ecológica?
La huella ecológica es la superficie del planeta que utilizamos para abastecer nuestro nivel de consumo y asimilar los desechos que generamos. La huella ecológica de cada zarauztarra es equivalente a 4,3 hectáreas, aproximadamente la superficie de cuatro campos de fútbol. Si todos los habitantes del planeta vivieran como los zarauztarras, serían necesarios 2,5 planetas para mantener su nivel de consumo.

Todos los seres vivos dejamos nuestra huella
Todos los seres vivos dependemos del suministro de recursos naturales y, en consecuencia, ocupamos una superficie para abastecer nuestro consumo y asimilar nuestros desechos. De esta manera, generamos una huella ecológica o un impacto en la Naturaleza. Este impacto es asimilable por el planeta hasta un determinado nivel pero, ¿estamos superando ese nivel?. L@s zarauztarras queremos aprender a medir nuestro impacto ambiental para saber si nuestro estilo de vida está superando la capacidad del planeta para proporcionar recursos naturales.

¿Cuánto ocupamos los zarauztarras?
Para abastecer el nivel de consumo y asimilar los desechos de cada habitante de Zarautz es necesaria una superficie productiva de 4,3 hectáreas. Como consecuencia, la superficie necesaria para abastecer al conjunto de la población de Zarautz es mayor a la del término municipal. Esta superficie, de la cual tod@s l@s zarauztarras dependemos, es nuestra huella ecológica.
Las ciudades del mundo ocupan el 2% de la superficie del planeta, y en ellas vive el 50% de la población. En el año 2030 se prevé que el 60% de la población mundial viva en entornos urbanos*. Sin embargo, eso no quiere decir que estemos abandonando el campo, al contrario, dependemos de la existencia de sistemas naturales como bosques, prados, cultivos, etc.
*Fuente: Naciones Unidas

La receta para vivir en el planeta Tierra
La receta para vivir en el planeta Tierra consiste en combinar seis ingredientes diferentes. Estos ingredientes son los seis tipos de superficie que nos proporcionan los recursos que necesitamos para llevar a cabo nuestro estilo de vida. Tod@s necesitamos un trozo de esta tarta. El análisis de la huella ecológica nos ayudará a comprobar si cada un@ se está comiendo la ración que le corresponde.
Superficie necesaria para proporcionar cereales, tubérculos, legumbres, verduras, frutas, forraje, aceites vegetales, caucho, algodón… La huella ecológica de productos locales, de temporada y provenientes de la agricultura ecológica será menor que la huella ecológica de productos foráneos, consumidos fuera de temporada y provenientes de la agricultura intensiva.
Superficie necesaria para alimentar al ganado bovino, ovino y caprino que nos proporciona productos como leche, carne, cuero, lana, etc. La huella ecológica de productos como los huevos, la carne de cerdo o la carne de pollo se contabiliza como el forraje necesario para alimentar a estos animales y, por lo tanto, se considera como una superficie de cultivo.
Superficie necesaria para abastecernos de papel y madera. El uso de papel reciclado, el consumo de productos de papel y madera provenientes de la silvicultura sostenible (avalados por el sello FSC) y, fundamentalmente, el uso racional de los recursos naturales generan una reducción de nuestro impacto en la Naturaleza.
Superficie necesaria para obtener pescado y marisco. Es posible que una misma superficie sea capaz de llevar a cabo dos funciones biológicas. Por ejemplo, la superficie de los océanos tiene la capacidad de asimilar CO2. El análisis de la huella ecológica tiene en cuenta la capacidad de asimilar C02 de la superficie oceánica, a fin de evitar la doble contabilización de una misma superficie.
Superficie destinada a la construcción de viviendas, carreteras e infraestructuras. Generalmente, los asentamientos humanos se desarrollan en tierras fértiles, cerca de suministros de agua potable. El diseño de ciudades en las que nos podamos desplazar a pie, con barrios en los que sea posible cubrir nuestras necesidades diarias, partidarias de un uso racional del suelo, nos ayudará a reducir nuestro impacto en la Naturaleza.
Superficie destinada a asimilar las emisiones de CO2 derivadas de nuestro consumo energético. La huella ecológica de la energía se calcula como el área de bosque necesaria para asimilar las emisiones de CO2, descontando el porcentaje absorbido por los océanos y agrupa cuatro categorías energéticas: combustibles fósiles, nuclear, renovables e hidráulica.
La huella ecológica derivada del consumo de combustibles fósiles (sólidos, líquidos, gaseosos), se calcula como el área de bosque necesaria para absorber las emisones de CO2 resultantes, excluyendo la parte proporcional que es absorbida por los océanos.
La energía nuclear se incluye en la huella ecológica de la energía y se contabiliza como si fuera combustible fósil, aunque la energía nuclear no derive emisiones de CO2. Excluir el consumo de energía nuclear reduciría de forma considerable el resultado obtenido y, por medio de esta extrapolación, estamos subestimando el impacto de la energía nuclear.
La huella ecológica asociada al consumo de energías renovables es cero, dado que no se derivan emisiones de CO2. La huella ecológica asociada al consumo de energía hidráulica es la superficie ocupada por las centrales hidroeléctricas.
Es imprescindible ajustar la huella ecológica de la energía teniendo en cuenta el flujo de energía incorporado en la importación neta. Esto significa que la energía consumida para producir un bien de consumo producido en un país A y consumido en un país B, se sustrae de la huella ecológica del país A para añadirla a la huella ecológica del país B.